Cada miembro de Red Cristiana aporta un conjunto único de experiencias, fortalezas y recursos para crear esta familia. Juntos, tenemos un conjunto de valores compartidos. Valores por los que somos conocidos, que defendemos y que impulsan nuestra misión.
Luis A. Serrano, Fundador
Amamos a otros porque El nos amo primero.
Amamos a los demás y nos esforzamos por satisfacer las necesidades de la comunidad.
Somos generosos con nuestros recursos para extender el Reino de Dios.
Nos aliamos sin competencia y con generosidad para hacer avanzar el Reino de Dios.
Nosotros tenemos confianza en el llamado puesto en nuestras vidas y en las vidas nuestros colegas, entendiendo que Dios bendice la unidad de Su pueblo.
Tenemos una visión de lo que está por venir y estamos dispuesto a dar nuestras vidas al servicio del Reino de Dios.
Ha existido eternamente como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los tres son iguales y son un solo Dios.
Él es igual con el Padre y el Espíritu Santo. Jesús vivió una vida humana sin pecado y se ofreció a sí mismo como el sacrificio perfecto por los pecados de todas las personas al morir en una cruz. Él se levantó de la muerte después de tres días para demostrar su poder sobre el pecado y la muerte. Ascendió al cielo y volverá algún día a la tierra para reinar como rey.
El Espíritu Santo es igual al Padre y al Hijo de Dios. Él está presente en el mundo para que las personas sean conscientes de su necesidad de Jesucristo. Brinda a los cristianos poder para vivir, comprensión de la verdad espiritual y guía para hacer lo correcto. Él le da a cada creyente dones espirituales cuando son salvos. Como cristianos buscamos vivir bajo su control todos los días.
La Biblia fue escrita por autores humanos, bajo la guía sobrenatural del Espíritu Santo. Es la fuente suprema de la verdad para las creencias cristianas sobre la vida. Porque está inspirado por Dios, es verdad sin error.
Las personas están hechas a imagen espiritual de Dios, para ser como Él en su carácter. Aunque cada persona tiene un tremendo potencial para el bien, todos nosotros estamos empañados por una actitud de desobediencia hacia Dios llamada "pecado". El pecado nos separa de Dios y causa muchos problemas en nuestra vida.
Nunca podemos compensar nuestros pecados con la superación personal o las buenas obras. Solo confiando en Jesucristo como la oferta de perdón de Dios puede alguien salvarse de la pena del pecado. Cuando nos alejamos de nuestra vida autogobernada y nos volvemos a Jesús con fe, somos salvos. La vida eterna comienza en el momento en que uno recibe a Jesucristo en su vida por fe.
La gente fue creada para existir para siempre. Existiremos eternamente separados de Dios por el pecado o eternamente con Dios a través del perdón y la salvación. Estar eternamente separado de Dios es el infierno. Estar eternamente en unión con Él es vida eterna en el cielo. El cielo y el infierno son lugares reales de existencia eterna.
Una vez que hemos aceptado a Jesús como nuestro Señor y Salvador, el bautismo es una forma de declarar públicamente nuestra nueva vida en Cristo. También es un paso de obediencia basado en los mandamientos de Dios y nos permite seguir el ejemplo de Jesús, quien se sometió al bautismo para "cumplir toda justicia".
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